Los nuevos poderes en el escenario no son diferentes a los anteriores, pero intentan diferenciarse a estos. No son de la línea masónica que nos gobernó por más de 200 años. Al contrario, estos estuvieron enfrentados en su momento, y lo único que mantenían eran relaciones comerciales, como cualquier hombre de negocios lo haría.
Los líderes políticos y financistas de ARENA y FMLN, están celosamente apegados a la masonería, es por ello que nunca hicieron algo que fuera directamente a atacar sus intereses económicos. Nayib Bukele, no lo está; y es por ello que a él le llueve mierda por todos lados. Hasta del mío. Yo soy uno de sus principales críticos, pero últimamente esto me ha llevado a reflexionar algo muy importante ¿Qué gano yo defendiendo a los poderes económicos tradicionales? Usted conoce la respuesta: nada. Esta reflexión me llevó mucho tiempo hacerla y explicaré inmediatamente por qué.
Si uno es de mentalidad débil, estará alineado a lo que cierto sector le indica que es lo indicado. Este sector vendrá de diferentes lugares, dependiendo de dónde usted se mueva. Si usted se mueve en un medio pseudo intelectualoide, usted estará alineado a ellos, y los promotores de este sector, le indicarán que es lo adecuado para los intereses de la sociedad de acuerdo a su cosmovisión. Con esto no quiere decir que sea lo adecuado o no, pero será lo que le conviene a ellos.
Por otro lado, no quiero decir que los seguidores de Nayib Bukele, estén en lo correcto, o que el mismo Nayib, lo esté. Lo que quiero decir es que si no estoy de acuerdo con el administrador actual del Estado, no tengo por qué estar en su contra. El seguidor promedio de Bukele, tiene un perfil de ser poco inteligente, y manipulable fácilmente. El votante de Nayib Bukele, es el mismo que votó por Elias Saca, Mauricio Funes y Salvador Cerén. Es decir, ya lleva 15 años siendo manipulado sin que éste se de cuenta.
En mi caso personal, al ver las cosas turbias que el circulo del presidente hizo en su primer año, rápidamente me puse a la defensiva, criticando todos estos actos de supuesta corrupción que han habido. Pero pensándolo con la cabeza fría, lo último que quiero es que el poder anterior a este, regrese al Estado. No me quedará más que esperar que se depuren todos los malos elementos de esta administración y que con el paso de los años vaya agarrando forma de un gobierno transparente al servicio de todos los salvadoreños, no al de unos pocos.
¿Cuándo esto irá por el buen camino? Cuando ya no sea un gobierno popular. Cuando solo lo mejor de la sociedad esté en este. Cuando el comentarista de radio vulgar, ya no sea piedra fundamental del gobierno. Cuando el ministro, no le esté dando contratos a su hermano, solo por ser su hermano. Esto llevará más de un periodo, pero después de 200 años de responder a los mismos poderes, considero justo que al menos este gobierno sea probado por una decada.
La masonería, con el actual presidente. |
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