23.4.11

No sea una prima donna.

Ya me conocen, y si no me conocen les cuento que no me agrada cualquier clase de comportamiento en el que la gente quiera llamar la atención de las demás personas, por ejemplo la mayoría de jovenes principalmente de repente les entran unas dos horas de dramatismo que solo buscan que los miren, y de alguna manera sanar su delicado ego que pende de las delgadas ramas de un limón. He conocido a mucha gente que intenta ver en las demas personas una oportunidad para alimentar su vanidad solicitandole inconscientemente una respuesta que le sirva de panacea para su autoestima. ¡Eso no es sano!

Yo, como cualquier persona no soy inmune a esa clase de sentimientos, ya que todos los hemos ténido aúnque usted no lo quiera admitir, ya que de ser así usted se estaría privando de una emoción humana básica, la cual algunos llaman trísteza. Por ejemplo, en el momento en que escribo estas líneas, está lloviendo, en plena semana santa, llamenle calentamiento global o como quieran, pero a veces creo que las cosas no ocurren por casualidad, lo que va en contra de todos mis principios de razonamiento por los que intento guíarme. Está lloviendo y supongo que de estos aspectos que he mencionado muchos dependen del clíma.

Pienso que en estos días en los que vívimos es un lujo estár sin nada que hacer, ya que hoy más que nunca sobran compromisos, de los cuales los más importantes son los con uno mismo. No hay que tratar de buscar co-estelares en nuestra vida cuando nosotros somos los actores de reparto nominados al Oscar de la Academia, desde muy joven creo fielmente en que el ser humano es él unico causante de los eventos a priori en su vida. Piense en esto, usted ve perros callejeros, pero ¿por qué son callejeros? defínitivamente no lo son porque ellos lo hayan buscado así, ellos no pueden apostar ni embriagarse; pero el ser humano es el ser más voluble a los impulsos primitivos que aún tenemos y lo juro por mis cojones que siempre los tendremos, sino no valdría la pena ser uno más... uno más.

Solo quiero terminar escribiendo que ante la debilidad, el hastío, la tristeza; no debe olvidar que usted será el único responsable de como sobrelleva las situaciones, y deje ya de comportarse como una prima donna, que a usted ni siquiera le gusta la opera.