Hace unos meses, en el marco del debate al aumento del salario mínimo, le escuché decir a Jorge Daboub, el otrora presidente de la ANEP; que una de las razones para no aumentar el salario mínimo, es que no hay mano de obra técnica en el país. Eso me pareció una flagrante mentira, y es que no es que no haya mano de obra técnica, lo que sucede es que están acostumbrados a contratar a los amigos de los amigos que no tienen ningún conocimiento técnico.
El amigo del amigo recibe un jugoso salario por hacer lo de la imágen, |
El nepotismo, por su naturaleza, no agrega un eleménto técnico a la institución que lo practica; de ahí proviene que personas como Jorge, digan que no hay conocimiento técnico en el país. Por esta misma (su naturaleza) se suelen pagar salarios altos al empleado contratado bajo esta figura. Entonces, hay un flujo de salarios altos que no contribuyen en nada para la empresa. Cuando necesitan contratar a un ingeniero para que resuelva la necesidad que aún no ha sido satisfecha, se le ofrecen salarios pauperrimos, de risa, de hambre, debido a que el salario que debería cobrar el ingeniero, lo está cobrando el amigo del amigo.
Pasa otra situación similar cuando el empleado jubilado continua trabajando en la institución. Devenga el salario de su puesto y el de su pensión. Pero no solo ocurre esto, por lo general una persona jubilada ya no sentirá ese compromiso que sentimos los jóvenes y no buscará actualizarse con las nuevas técnicas del mundo en que se desenvuelve. Entonces: cobrará un sobresueldo que abarca el salario del ingeniero joven y llegará un momento en que su técnica sea obsoleta ante determinado reto que se le presente.