En el siglo IV, el Imperio Romano estaba en proceso de cristianización. En la medida que abolían todas sus tradiciones paganas fueron sustituyendo algunas por tradiciones cristianas. El 25 de diciembre era el día que celebraban al Sol. Decidieron asignar esa fecha al nacimiento del Mesías, que hasta entonces (y por extensión a nuestros días) nadie sabía cuándo había nacido. Anoche celebramos la noche buena, la víspera del nacimiento de Cristo.
Eran las 00:30, me disponía a dormir, un mortero que tiraron los vecinos me impidió terminar de hacerlo e inmediatamente perdí el sueño. Luego, estos vecinos se fueron donde otros vecinos a poner música a un volumen alto y eso impidió que volviera a conciliar el sueño. Subí al techo de mi casa a las 02:00, a lo lejos todo San Marcos estaba oscuro y no se percibían fuentes lejanas de sonido. La única fuente de ruido eran mis vecinos. Vi televisión un rato, tomé leche y volví a hacer el intento de dormirme a las 03:15. Quizá por el silencio que rodea la noche, ésta vez escuchaba esos sonidos tropicales a un volumen más alto. Me quedé despierto hasta las 5, cuando ambas familias se despidieron. En ese instante, mi sueño ya no era algo que me preocupaba, mejor me levanté a hacer ejercicio. Una familia es católica y la otra protestante, ambas celebraron el nacimiento de Cristo con alcohol y música tropical a alto volumen.
Ahorita son las 06:45 y ya estoy bañado, bien vestido y listo para iniciar un nuevo día. Mis vecinos están plácidamente dormidos. Estoy considerando escapar el 31, ir a algún cerro donde alquilen cabañas y rentar una para mí solo toda la noche. Solo pensar eso me produce escalofríos. No me siento cómodo viviendo con el tipo de cristianos que son mis vecinos.