Hoy no es un día importante en El Salvador, no sucederá nada que determine el rumbo de la economía del país, no nos visitará Barack Obama, támpoco su santidad el Papa, peor aún no vendrá Justin Bieber, no ocurrirá ninguna catastrofe natural (al menos así parece y ojalá que cuando termine éste viernes no haya quedado como tonto), no habrán elecciones políticas, en fín, no sucederá nada que quede escrito en los libros de historia. Pero mis compatriotas están esperando desde hace meses éste día, hoy todo El Salvador se paralizará por 2 horas desde las 7 de la noche, ¿por qué?, porque se jugará un vulgar partido de fútbol entre dos de las peores selecciones del mundo. Pues sí, a eso nos quedamos, a conformarnos con exaltar nuestro orgullo primitivo (de hecho a todo tipo de orgullo lo considero primitivo (es un pecado capital)) pudiendo decir que se le ganó un partido de fútbol a una selección debil. Dicen que no tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre, nunca he entendido que significa eso, pero por extrañas circunstancias mi instinto me dice que en ese proverbio popular se resume lo que quise dar a entender. No quise tan siquiera googlear eso, lo que sí googleé antes de empezar a escribir éste artículo fue "sueño guajiro", porque inmediatamente pensé en escribir sobre el partido de mañana se me vino por antonomasia ese... esa locución. Que El Salvador vaya nuevamente a una copa del mundo es un sueño guajiro.
Disculpenme por hablar de fútbol, lo he hecho solo dos o tres veces en más de 100 artículos, no me gusta hablar sobre ello en el blog, siento que lo ensucia, pero bueno me ví movido a hacerlo. Lo curioso del caso es que estoy completamente seguro que mañana en la noche yo mismo voy a estar sentado frente a la televisión con una Coca Cola y unas pupusas viendo el partido y emocionándome con cada jugada, estoy completamente seguro de ello, es parte de la doble personalidad que todos tenemos, porque a usted mi estimado lector la verdad es que no le consta como soy yo en persona, quizá soy todo lo contrario a como usted me puede haber llegado a conocer, y sinceramente eso nunca lo sabrá, para mientras solo le queda confiar en lo que un extraño de Internet le cuenta muy gentilmente. Dicen que el verdadero "ego", se da en la soledad, usted cuando esté solo evalue su comportamiento natural, no se lo cuente a nadie, no lo anote en ninguna parte, solo dese cuenta de como es usted cuando está solo. Es un bonito ejercicio para conocerse a sí mismo.
Volviendo al partido, hagamos una analogía de lo que era la Alemania Nazi, ¿ustedes creen que éllos se alegraban cada vez que su selección de fútbol ganaba un partido y Hitler sentía que ya iban a conquistar un país si la selección nacional de ese país perdía?, verdad que no. Pero nosotros sí lo hacemos, eso demuestra donde estámos parados mentalmente: somos unos niños chiquitos que nos enojamos si el amiguito nos gana en un juego de pelota y nos alegramos y se lo restregamos en su cara si ganamos pero nunca nos interesará nada como por ejemplo si vamos a avanzar de grado en la escuela.
Lo más importante de un país es su recurso humano, sin él jamás saldrá adelante sin importar lo rico que sea en recursos naturales. A mí que no me vengan con la "paja" de que el salvadoreño sigue siendo la mejor mano de obra calificada de la región, eso lo era antes cuando El Salvador en medio de una guerra no se fue a la bancarrota y todos queríamos (yo no había nacido pero soy salvadoreño) sacar el país adelante. Hoy hay mucho holgazán, esos holgazanes que mañana crearán un caos vehicular en el bulevar de los próceres para llegar al estadio Cuscatlán. Yo orgullosamente conozco gente que sigue siendo como el salvadoreño de antes, familiares y amigos, trabajan y/o estudian todo el día y no se quejan, ojalá alguna vez yo llegue a tener esa disciplina; pero menciono ésto como un dato que me llamó la atención, y es que toda la gente que yo conozco que es así, no le gusta el fútbol y ni saben que mañana hay un partido "importante", y les parecerá indiferente el resultado final. Son las causalidades que ahí están pero son pocos las que las ven. Quizá podría sintetizar lo anterior en que los sentimientos te trastornan el pensamiento y no te dejan evolucionar mentalmente, pero no quisiera que fuese así ya que yo creo en las emociones y los sentimientos como una parte fundamental de la humanidad. De todas formas yo entro en la larga lista de salvadoreños que mañana estaremos con los nervios a flor de piel por ese partido de fútbol.
Por lo pronto me despido, pasen un feliz fin de semana, vayan al cine y vean una buena película o salgan a dar una caminata al mar. Les va a caer bien en su salud.