En el día a día, es más que normal, necesario desenvolverse en medio de muchas personas, y en la mayoría de casos uno no elige a esas personas; es decir, la convivencia social nos exige mantener una comunicación abierta con todo mundo, y es en esa convivencia en dónde he escuchado algunas frases que los salvadoreños repetimos constantemente en una conversación, y que por lo general buscan enfatizar en una solución que está por demás decir, fuera de lugar o al menos ni siquiera de lo que en realidad acontece. Así que acá le escribiré 3 frases de esas que hablo. Seguramente, usted encontrará más una vez que lea a qué tipo de frases me refiero.
"Es que el problema es este": Entiéndase cuando la persona va a dar su opinión sobre algo de lo que lleva hablando 20 minutos, y de la nada se le ocurre una explicación más y la expone como "el problema", dando a entender que ha descubierto la verdadera razón de las inquietudes de sus semejantes. En los programas televisivos de entrevistas se escucha mucho eso. Cito en el que ocurre más la repetición de esta frase y es “Dialogo con Ernesto López”, un programa que siempre que puedo (si me levanto temprano) veo, y en el que los días viernes con sus invitados de siempre, el distinguido señor Julio Valdivieso, saca a relucir a menudo en diversos temas esta frase, y una vez que la dice y da la panacea que creía conveniente, el programa sigue como si él no hubiera dicho nada, y es que el problema no era ese, solamente era su opinión. Lo usé a él como ejemplo, pero ocurre en la mayoría de los casos cada vez que alguien dice esa frase.
"Mirá, te voy a decir la verdad": Lo dicen cuando se aburren de argumentar con una persona en una plática que se empieza a tornar calurosa. El significado que esta frase conlleva, es similar al de la anterior, ya que previamente se asume un engaño que ha motivado a que la actual conversación se lleve a cabo. La persona que la dice, únicamente estará dando su opinión, la cual no necesariamente es la verdad así como este la ha querido vender, sino que es solo una opinión fruto de la apreciación de la persona que la dice. Por ejemplo si una persona no encaja en determinado lugar, alguien se le acercará y luego de obtener una ilusoria confianza, le dirá esa frase y le expondrá por qué no encaja en ese lugar. Esto no necesariamente es así, ya que como lo dije antes, le dirá solamente una opinión personas; ya que retomando el tema de la convivencia social, es importante recordar que la personalidad de una persona no tiene que ser la misma que la del reducto en la que se desenvuelve, y es importante reconocer esto antes de emitir juicios sobre el acoplamiento de alguien a un nuevo espacio. Pero ese fue solo un ejemplo, habrá más casos en los que se utiliza la misma frase que de seguro usted podrá identificar.
“Esas son locuras”: Frase que está de moda en los últimos días con los políticos de mi país. Así como el instinto primitivo nos enseña que ante una amenaza física, la primera reacción del cuerpo al verse acorralado, es elevar las manos a la altura de la cara; la sociedad moderna nos ha enseñado que ante una amenaza del tipo que atenta contra la imagen pública de una persona, hay que responder con “esas son locuras”. No hay nada que delate más a una persona, que responda de esa manera. Si a usted lo acusan de algo, simplemente diga “no lo hice” o la frase que vaya más de acuerdo con su situación, pero si lo primero que se le viene a la mente, es una frase que busque desprestigiar al emisor, lo único que está logrando es decir “sí, yo lo hice”. “No” y “sí”, son dos palabras tan cortas, pero con un gran valor intrínseco que muchas personas no conocen, y en su lugar prefieren darle vueltas a cuestiones bien puntuales.
Bueno, lo invito a que piense en esas tres frases y la próxima vez que las escuche en su devenir diario, dese cuenta del contenido real del mensaje que le está queriendo vender el emisor de estas mismas. Y si usted conoce a personas que tienen una muletilla, analícela y póngala en contexto de la situación en que la usa siempre, y verá lo que en realidad quiere dar a entender esa persona cuando la dice.
"Es que el problema es este": Entiéndase cuando la persona va a dar su opinión sobre algo de lo que lleva hablando 20 minutos, y de la nada se le ocurre una explicación más y la expone como "el problema", dando a entender que ha descubierto la verdadera razón de las inquietudes de sus semejantes. En los programas televisivos de entrevistas se escucha mucho eso. Cito en el que ocurre más la repetición de esta frase y es “Dialogo con Ernesto López”, un programa que siempre que puedo (si me levanto temprano) veo, y en el que los días viernes con sus invitados de siempre, el distinguido señor Julio Valdivieso, saca a relucir a menudo en diversos temas esta frase, y una vez que la dice y da la panacea que creía conveniente, el programa sigue como si él no hubiera dicho nada, y es que el problema no era ese, solamente era su opinión. Lo usé a él como ejemplo, pero ocurre en la mayoría de los casos cada vez que alguien dice esa frase.
"Mirá, te voy a decir la verdad": Lo dicen cuando se aburren de argumentar con una persona en una plática que se empieza a tornar calurosa. El significado que esta frase conlleva, es similar al de la anterior, ya que previamente se asume un engaño que ha motivado a que la actual conversación se lleve a cabo. La persona que la dice, únicamente estará dando su opinión, la cual no necesariamente es la verdad así como este la ha querido vender, sino que es solo una opinión fruto de la apreciación de la persona que la dice. Por ejemplo si una persona no encaja en determinado lugar, alguien se le acercará y luego de obtener una ilusoria confianza, le dirá esa frase y le expondrá por qué no encaja en ese lugar. Esto no necesariamente es así, ya que como lo dije antes, le dirá solamente una opinión personas; ya que retomando el tema de la convivencia social, es importante recordar que la personalidad de una persona no tiene que ser la misma que la del reducto en la que se desenvuelve, y es importante reconocer esto antes de emitir juicios sobre el acoplamiento de alguien a un nuevo espacio. Pero ese fue solo un ejemplo, habrá más casos en los que se utiliza la misma frase que de seguro usted podrá identificar.
“Esas son locuras”: Frase que está de moda en los últimos días con los políticos de mi país. Así como el instinto primitivo nos enseña que ante una amenaza física, la primera reacción del cuerpo al verse acorralado, es elevar las manos a la altura de la cara; la sociedad moderna nos ha enseñado que ante una amenaza del tipo que atenta contra la imagen pública de una persona, hay que responder con “esas son locuras”. No hay nada que delate más a una persona, que responda de esa manera. Si a usted lo acusan de algo, simplemente diga “no lo hice” o la frase que vaya más de acuerdo con su situación, pero si lo primero que se le viene a la mente, es una frase que busque desprestigiar al emisor, lo único que está logrando es decir “sí, yo lo hice”. “No” y “sí”, son dos palabras tan cortas, pero con un gran valor intrínseco que muchas personas no conocen, y en su lugar prefieren darle vueltas a cuestiones bien puntuales.
Bueno, lo invito a que piense en esas tres frases y la próxima vez que las escuche en su devenir diario, dese cuenta del contenido real del mensaje que le está queriendo vender el emisor de estas mismas. Y si usted conoce a personas que tienen una muletilla, analícela y póngala en contexto de la situación en que la usa siempre, y verá lo que en realidad quiere dar a entender esa persona cuando la dice.