Quizá, en los últimos años abundamos los blogueros que intentamos hacer una introspectiva de la sociedad, somos muchos. Tengo ganas de hacer una, pero no leerá nada especial que usted no haya leído ya en quinimil blogs más. Yo vivo en El Salvador, puedo hacer una sobre este país, pero casualmente el comportamiento en un país de una determinada región es similar al de los países que lo rodean, por lo que sería injusto decir que usted ha leído introspectivas salvadoreñas, cuando en realidad son introspectivas de muchas partes de América Latina, pero que nuestro corto campo visual que no va más haya de la punta de la nariz, no nos deja verlo.
Los salvadoreños no somos especiales, no somos nada únicos. Las cosas que hacemos mal, alguién ya las hizo peor. Con las cosas que hacemos bien, ocurre lo mismo. Si bien, no dejan de ser molestas algunas conductas que tenemos para encarar diferentes situaciones. Conductas que por más que en mi mente las abro con un bisturí y las veo de adentro para afuera, de abajo hacia arriba y en todas direcciones; no termino de comprender por qué actuamos de determinadas maneras.
No entiendo por qué muchos hombres, escupen tanto. Usted llega a un lugar y hay un hombre ahí, ese hombre lo más seguro que haga recien lo vea a usted será recoger saliva con un sonido gutural y luego escupirá. Quizá su instinto primitivo les indica que tienen que marcar su territorio. Ese es un acto reflejo, porque lo hacen inmediatamente miran a alguién, algunos lo acompañan esto acomodandose con la mano derecha, los organos reproductores desde afuera del pantalón. No importa quién esté frente a esa clase de individuo, siempre hacen eso. Quizá tienen una homosexualidad latente que los inhibe a aceptarla frente a los demás y necesitan demostrar su virilidad de esa manera. Yo siempre que veo eso, digo en mi mente: "Hombre, yo sé que eres homosexual, no tienes que probarle a nadie que no lo eres, sé feliz, a muchos no nos importa tu preferencia sexual". Todo eso lo pienso empezando por el acto de ver escupir a alguien.
Mucha gente vive su vida compitiendo. Les dices: "me duele la cabeza"; te responden: "no jodas, a mí me duele más". Les dices: "Mirá mi celular nuevo"; te responden: "pero y ese puede hacer lo mismo que el mio". Les dices: "Tengo fiebre"; te responden: "¡Ja!, y eso que no me viste como estaba ayer en la noche yo, si hasta hielo me puse en la frente". Les dices: "ayer me asaltaron 3 sujetos"; te responden: "No'mbre, a mí la semana pasada seis mareros me salieron en la calle". Creo que dejé claro mi punto; y es que yo conozco a muchísima gente que se comporta de esa manera, gente de toda mi confianza inclusive, que si alguien les cuenta algo, ellos buscan en su archivo mental un evento en el que le ganen a esa persona. En todo el país hay gente así, que a mi ver son muy egocentricos, ya que no son capacez de interesarse en lo que le sucede a la otra persona, sino que siempre creen que todo trata sobre ellos y piensan que la otra persona siente necesidad de conocer datos similares sobre su vida. Salvadoreños, a poca gente les interesa su vida, y creanme que al menos a tres cuartas partes de personas con las que se relacionan al día, les importa su egocentrísmo, porque esa misma cantidad de gente es igual o peor que ustedes.
Hay personas que se comportan como si hubieran salido todos de la misma fábrica, ojo, como producto manufacturado, no como empleados. Haga la prueba, vaya a pagar alguna factura como el agua o el teléfono a alguna oficina correspondiente. De entrada verá como casi toda la gente está con sus facturas en la mano en un lugar visible, y a veces hasta las levantan supuestamente para moverlas y darse aire, pero en realidad yo sé que lo hacen para que todos los demás veamos que lleva su factura. Quizá si no hacen eso, tienen miedo que el vigilante del establecimiento se les acerque y les diga: "mire, su conducta es sospechosa y está poniendo nerviosos a los demás clientes porque vemos que usted no trae nada en las manos (¿Captan la ironía?). Le voy a pedir que se salga de estas instalaciones físicas y no vuelva hasta que nos venga enseñando en las manos la factura que va a pagar". El comportamiendo de la mayoría de salvadoreños es de fábrica, o quizá, quizá, quizá sea porque ven mucha televisión y ahí en su subconsciente les clavan como deben de comportarse ante diversas situaciones sociales, y que si no lo hacen así, deben de estar al tanto que pueden ser catalogados como unos bichos raros salidos de otra dimensión.
Les doy mi palabra que algunas veces no quisiera ser como soy. No soy un buen ejemplo en ningun aspecto de la vida, pero al menos quisiera que mi consciencia fuera un poco más como la de cualquier salvadoreño y disfrutar de las babosadas que disfrutan los demás, pero no puedo porque a mí todas esas babosadas y sus comportamiendos ante esas babosadas me parecen denigrantes y atentan contra la integridad mental de quien los realice. Definitivamente mal de la cabeza no estoy, además de estar lejos de ser un sociopata y no tengo bipolaridad. Soy igual las 24 horas del día, mis amigas, amigos y yo nos reímos todos los días y ellas y ellos no son como yo; pero de alguna manera sé que así como soy me acompañará toda la vida y jamás me sentiré realizado en una sociedad de profundos estereotipos y enajenación mental.
Felices vacaciones.