Estaba Juan el evangelista escribiendo sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Sobre su muerte, manifestó que había sido un viernes a las 3 de la tarde y que resucitó hasta el día domingo, a lo cual le agregó que habían sido 3 días los que estuvo muerto.
Juan andaba de mal humor, el rey lo había acusado de no haber declarado bien sus impuestos y sospechaba que Maria Magdalena lo había engañado con Pedro, y es en éste marco de irritabilidad que él (Juan) le había pedido a sus amigos que revisaran el evangelio que estaba escribiendo. Se lo dió al Estiven y al Kevin Josué. Ámbos se dispusieron a verlo y se dieron cuenta del error más grande que pudo haber escrito, ya que puso que desde el viernes hasta el domingo hay 3 días, cuando cualquier persona normal sabe que solo hay 2 días.
El Kevin Josué, le dijo a Estiven: "No mames Estiven, éste Juan está bien pinche pendejo, ¿le decimos que la cagó?" A lo que el Estiven le respondió: "Ni pedo, loco, el man anda bien estresado con lo del rey y lo de su mujer. Nos va a meter una gran puteada. Mejor dejemos que lo pase así. De todos modos no creo que la gente que lo lea sea tan pendeja de contar como 3 días, 48 pinches horas". "Orale carnal" respondió el Kevin.
Y esa es la historia amigos, de por qué la cultura cristiana se apendeja de viernes santo a domingo de resurrección diciendonos que han pasado 3 días, cuando en una semana normal aceptan que solo hay 2.
Amén y amén.
