En El Salvador, la mayoría de diputados, jueces, funcionarios y analistas políticos se rigen bajo el positivismo francés: La ley es la ley y nos guste o no, no hay tiempo para hecharle una pensada porque la ley es la ley.
Los policias salieron a marchar, y todos al unísono, oposición y oficialismo condenan la marcha de policías, debido a que la constitución de la república, les prohíbe ese tipo de actos. La oposición también lo condena, porque los tacharían de anticonstitucionales y eso no les favorecería en sus votos, así que todos al unísono, condenan a la policía porque la ley es la ley.
Me da vergüenza la institucionalidad estatal de mi país. Y ni siquiera aplican el positivismo todo el tiempo. Si un millonario roba, pues le hacen su excepción y lo dejan libre mientras le arman un juicio que más bien parece show mediático. Si un pobre exige sus derechos, le dicen que la constitución se lo prohíbe.