En 1 980 tras la puesta en marcha de la reforma agraria en El Salvador, muchas tierras fertiles que habían pertenecido por decadas a cierto grupo de personas, pasó a formar parte de cooperativas compuestas por trabajadores de esas tierras y estos se las repartieron entre ellos mismos e intentaron seguir sacando frutos de esas tierras para su beneficio propio. Esto en teoría parecía ser una buena idea ya que se les estaba dando tierras a los que no tenían, pero debido a que en su mayoría estas personas que eran campesinos, desconocían de todo el proceso que conlleva la administración de un bien inmueble, vieron que a pesar que ahora tenían una tierra para ellos mismos, el dinero no estaba llegando como lo hacía antes cuando eran empleados o colonos de esas mismas tierras, así que muchos obtaron por vender lo que les habían regalado y con ese dinero empezar una nueva vida en otros lugares como lo fue uno de ellos San Salvador. Lo anterior llevó a sembrar algunas cosas que hoy en día estamos viendo en la ciudad y el campo, como lo son el exceso de habitantes en San Salvador (la tercera parte de toda la población del país vive en la región metropolitana del departamento) y que a su vez, las tierras que en tiempos antiguos servian como fuentes de empleo para el campesinado, ahora son cascos urbanisticos, centros comerciales o fábricas.
De lo anterior se puede concluir lo siguiente: antes de la reforma agraria había mucho trabajo y la economía salvadoreña prosperaba a un muy buen paso; después de la reforma agraria empezó a declinar la agricultura en el país y muchos salvadoreños dejaron sus hogares en el campo para venir a intentar hacer su vida en San Salvador, o en algunos casos se fueron a Estados Unidos. La guerra (de la cual aún no hablo) tuvo que ver en la migración en los 80, pero la falta de empleo y oportunidades ya se venía venir para las próximas generaciones, y fue así como una buena parte de salvadoreños decidieron buscar a otros países, en su mayoría a Estados Unidos.
A todo esto, en la decada de los 80, la guerra cobró muchas vidas inocentes y no tanto, se lesionaron muchas de por vida muchas personas a las que ni les preguntaron si querían ir a la guerra, se destruyeron puentes, arrasaron pueblos enteros, se boicotearon centrales eléctricas y todo esto vino a detener más aún a la ya maltratada economía salvadoreña. Teníamos a la Texas Instrument, ensamblabamos carros, buses y motos, estabamos a la vanguardia en la tecnología a nivel centroamericano; pero desde hace muchos años había un sector de la sociedad que no se sentía comodo a como estaban yendo las cosas en el país, veían que unos tenían mucho dinero y otros no tenían nada de dinero; y eso los empujó a empezar a trazar los rumbos de una guerra civil que duraría más de 10 años.
Por un lado estaba el oficialismo, que como carne de cañón utilizaba a cualquier hombre salvadoreño que no tuviera impedimentos físicos, los bajaban de los autobuses en los que se dirigían a sus hogares, trabajos o universidades; los metían en un camión del ejercito, y los secuestraban por dos años y les lavaban el cerebro para que mataran sin sentido de culpa a los demas salvadoreños como ellos. Al final hacían un buen trabajo los encargados de ese lavado de cerebro, porque hoy en día se sigue escuchando como todos esos veteranos dicen y promulgan a los cuatro vientos su orgullo por haber pertenecido a la Fuerza Armada Salvadoreña.
Por el otro lado estaban los líderes guerrilleros que engañaban a los campesinos (los mismos que no supieron que hacer con su pedazo de tierra) para que se levantaran en armas y derrocaran al gobierno de turno. Es curioso el caso, porque de una fuente confiable se que en el principio cuando carecían de armas, andaban acechando a los vigilantes de las colonias privadas para caerles en la noche en grupos de unos 4 o 5 guerrilleros armados con cuchillos y una pistola y así robarles el arma que andaban ellos; pero claro, como para los vigilantes esa arma significaba su principal medio de subsistencia para llevar el pan a sus casas, se resistían y los guerrilleros terminaban matandolos por robarles sus pistolas. Luego los valientes guerreros del pueblo iban con esas armas que les habían costado sangre inocente, a agarrarse a disparos con los otros campesinos con uniforme de soldado. La historia de los vigilantes la conozco porque una persona que trabajó de vigilante en los años 80 me la contó. Él vió morir a muchos compañeros a los cuales les habían robado sus armas en ese momento de su muerte, y que siempre los vecinos y autoridades locales coincidian en que eran las FPL las que se encargaban de matar vigilantes.
Hoy en día, mejor dicho, desde hace 20 años, los ricos por los que se combatía, siguen siendo ricos. Los pobres que influenciaron a miles de campesinos a robar armas y pelear contra esos ricos, son nuevos ricos. ¿Pero en qué se parecen ambos bandos? En que tanto como los soldados y los guerrilleros siguieron viviendo en la miseria. Les prometieron que la guerra era en su beneficio para salir de la pobreza, pero a 21 años de haber terminado, siguen siendo pobres. Los líderes guerrilleros hoy son esos funcionaros gubernamentales contra los que pelearon en los 80. Los ricos y dueños de las grandes empresas del país, siguen siendo las mismas personas. ¿Qué cambió despues de la guerra? Si apartamos que los líderes guerrilleros hoy son ricos, pues no ha cambiado nada en pro, pero sí en contra, porque antes había tierra que cultivar y fabricas de prestigio en las que ir a trabajar, y hoy no hay ni lo uno ni lo otro; y sin embargo a los campesinos que salen a cerrar las calles para que los escuchen y les den lo que les prometieron, hoy los tratan como terroristas y les mandan grupos de choque como lo es la Unidad de Mantenimiento del Orden, a vapulearlos y arrestarlos. A esos pobres soldados y guerrilleros veteranos, que si se quejan es porque no tienen para comer, no porque les guste cerrar calles y darse a palos con la polícia, los tratan como escoria, después que los engañaron para pelear una guerra que solo benefició a los líderes guerrilleros ¡a nadie más!. Pero aca en el país cuando es alguien más el que protesta, como lo son los hombres jóvenes y con mañas de los motoristas de autobuses, ahí solo a la polícia corriente le ponen enfrente y más que todo solo para los cuiden a ellos, mientras que ellos (los buseros) pinchan llantas de los buses que sí andan trabajando, quiebran vidrios e intimidan a la gente. Las autoridades les tienen miedo a ellos, no los tocan ni con el petalo de una rosa; pero si son pobres campesinos ancianos y lisiados, que se están muriendo de hambre y no tienen de otra que salir a cerrar una calle, ahí les mandan a los mejores polícias a golpearlos y los acusan de terroristas. Que se jodan las autoridades de seguridad pública del país. Yo esperaría que esos veteranos de guerra ejecuten las medidas que se proponen como cerrar las aduanas y fronteras del país.
Sí, dije que tanto como soldados y guerrilleros, cobraron muchas vidas inocentes en los 80. Mataban vigilantes para robarles sus pistolas y por parte de los soldados masacraban pueblos enteros; y esa es una tontería imperdonable lo que hacían, pero es que detras de toda esa población analfabeta que cometía esos actos barbaricos, habían dirigentes que los convencían que tenían que hacer eso, dirigentes que hoy en día ignoran las demandas de ellos. Dirigentes que en la guerra no perdieron ningun ojo, mano, pierna o brazo; porque la tarea principal de ellos era lavar cerebros.
Empezé hablando sobre la reforma agraria y luego me extendí con la guerra, pues bueno, es algo que nunca había tocado a fondo en mi blog, pero es que al final en unas cuantas líneas solo quisiera resumir cómo posiblemente sería el salvador si no hubiera habido reforma agraria y guerra civil en El Salvador:
- Habrían tierras que trabajar.
- La población no estaría concentrada en la región metropolitana de la capital.
- Muy probable no habrían maras, porque sin reforma y sin guerra no habría tando inmigrante a Estados Unidos, y por lo tanto las maras nunca habrían sido creadas.
- La producción tecnológica de El Salvador sería una producción de mediana escala.
- Debido al punto anterior, la educación con enfoque científico sería la mejor de la región.
- No habrían lisiados de guerra.
- La economía salvadoreña probablemente sería una economía bastante bien sostenible en la región.
- Mucha gente aún conservara a su mamá, papá, hermanos o hijos.
- Habría un entendimiento político barbaro, en el sentido de que no sería una politiquería vulgar la que se practicase como se hace hoy en día.
Bueno, para ir terminando, solo quiero aclarar que si apoyo a los veteranos de guerra de ambos bandos, no es porque yo tenga familia que lo sea, es más, yo no conozco a nadie que lo sea; pero me parece injusto lo que están haciendo con ellos, y a la misma vez esos dirigentes que no les quieren prestar oidos a ese sector de la población, deberían recordar que por culpa de la mayoría de ellos es que El Salvador se está yendo al carajo. Alguien me dirá: "¿Y entonces por qué no vas vos a apoyarlos a cerrar calles entonces?" Yo le contestaré: "No lo hago principalmente por esto y en pequeña medida por esto otro".
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