Hoy que venía en la ruta 22, se subió un payaso al bus. Su espectáculo no fue para nada gracioso y se centró más en hacer campaña pro Nayib Bukele. Ya saben "devuelvan lo robado esto", "devuelvan lo robado aquello", etcétera. Al final, nadie le dio una sola moneda y cuando iba a la altura de mi asiento casi en la puerta trasera del bus, ya iba insultando a todos los pasajeros. Yo ya he escrito artículos sobre que nadie tiene por qué intentar llamar nuestra atención si uno no quiere, especialmente en los buses como hacen todos los vendedores. Si en la calle no les hago caso, en el bus tampoco lo haré, es mi filosofía.
Algo así se veía el supuesto comediante. |
El sujeto en cuestión se bajó del bus insultandonos a todos y haciendonos gestos obscenos con las manos. Pensé que él es el seguidor promedio de Bukele. Que piensa que si alguien no está de acuerdo con él o si nadie le hace caso, significa que están en su contra y son sus enemigos. En realidad nadie tenía por qué darle un solo centavo por subirse al bus a vanagloriar al presidente electo; si ni siquiera el presidente electo se lo va a dar.
Mi consejo es que si usted tiene un punto de vista y si este ya fue validado como el "correcto". Ahí estese, no hace falta que agarre carreta, ya todos vimos que su bando ganó, y lo aceptamos y respetamos; pero eso no quiere decir que ud. gozará de trato preferente por el simple hecho de estar de ese lado. Hay que ser buen perdedor y buen ganador, ambos son indispensables.
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