He dicho innumerables veces que no votaría por
Nayib, e incluso despectivamente he dicho “no votaría por el musulman”. Hace
dos semanas lo escribí. El punto acá no es Nayib, el punto es que el poder
económico del país, le niega la oportunidad de ser presidente a alguien que
tiene todo el derecho de serlo. Hoy podría ser él, mañana usted o yo. No quiero
llamar “poder fáctico” a ese poder económico, porque odio las etiquetas que la
cultura popular le da a todo. Es como cuando van a hablar del agua, no dicen “agua”
sino que dicen “recurso hídrico”; pero esto es tema para otro artículo.
Actualmente ya es probable que yo le de mi voto
a Nayib Bukele, por la única razón de ejercer mi derecho a protestar ante las
injusticias. Los patrocinadores económicos de ARENA y FMLN, están haciendo lo
imposible para que Nayib, no participe en las elecciones y no ascienda al
poder. Esto está muy mal ya que cualquier ciudadano capaz debería aspirar a
serlo. Los que lo criticamos, debemos saber que más que apoyar a Nayib, estamos
hablando de no dejarnos manipular por los de siempre. Es muy probable que
éstos, en este momento su temor por ver terminado el bipartidismo esté
creciendo cada vez más. Similar a lo que ocurrió en Estados Unidos, cuando
tanto Democratas como los mismos Republicanos, no creían posible que Donald
Trumpo, trascendiera hasta el primer puesto del gobierno de su país. No digo
que Trump, sea el Nayib de ellos, ni viceversa; pero son ejemplos de como una
revolución democratica puede llevarse a cabo en un país.
Si no lo convencía con estos argumentos,
permitame plantearselo de manera diferente. Ya estuvimos mal con ARENA, ya
estuvimos mal con el FMLN ¿Tan más mal nos podrá ir con Nayib? El hombre merece
una oportunidad. Un gobierno peor que el de Sanches Cerén, es imposible que lo
haya; entonces, nada perdemos porque ya tocamos fondo.
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