Desde que me puse al día escribiendo un artículo semanalmente, no me vi a la necesidad de escribir entre semana, pero lo de esta ocasión lo amerita. Todos nos derpertamos hoy con la noticia del terrible accidente de una aeronave en suelo colombiano que transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense, actualmente solo se constatan seis sobrevivientes mientras que 70 son las personas que murieron en el accidente. A continuación escribiré unas líneas para las que le pido tenga la mente abierta, es muy prematuro hasta para los grandes investigadores sacar conclusiones tan tempranas, pero yo quiero expresarle mi opinión sobre lo que aparenta ser este -permitame las comillas- "accidente".
Si usted no es muy adepto al fútbol, le invito a que busque a la persona que más sabe de fútbol que usted conozca y le pregunte si ya había oído hablar sobre el Chapecoense. Si soy yo esa persona, le digo sinceramente: hoy en la mañana que me levanté escuché hablar de este equipo por primera vez y yo soy una persona que sabe muchísimo de fútbol de todas las latitudes. En Brasil están algunos de los clubes más grandes del mundo: Sao Paulo, Santos, Palmeiras, Atlético Paranaénse, Cruzeiro, Corintians, Fluminense, Flamengo y algunos más que se me escapen en este momento. La Copa Sudaméricada es el segundo torneo de clubes más importantes de Sudamérica, y llama la atención que ningún grande haya calificado a la final, sino más bien, un completo desconocido. Dejemos acá este punto y prosigamos al siguiente.
De los 76 tripulantes del avión, usted debe entender que ni siquiera la mitad era miembro de la delegación del club. Los clubes viajan con 18 futbolistas mínimo, más cuando es a un partido puntual, a lo mucho llevan 21 jugadores, más el cuerpo técnico, sumarán unos 6 más y con unos 3 delegados serán unas 30 personas solamente del club. Los otros 46 eran piloto, copiloto, sobrecargos y demás pasajeros particulares. Pasajeros particulares, es muy importante que comprenda eso último.
Ahora prosigamos. Los medios de todo el planeta han hecho eco a la noticia de "Se estrella el avión del Chapecoense". Un equipo que como ya lo dije, no lo conocían ni en su país. Apartando a digamos, unos 8 trabajadores de la aerolínea, nos quedan 38 pasajeros particulares. Entonces acá es donde yo quería llegar ¿QUIENES ERAN EL RESTO DE PASAJEROS? Uno, uno tan solo de ellos ¿qué sabía? ¿quién era? ¿a qué institución pertenecía? Uno solo de ellos.
De la desaparición del vuelo de Malasia y del accidente del vuelo que sobrevolaba Barcelona hace unos años, se dijeron muchisimas cosas extra oficiales, se hicieron las preguntas que planteé recientemente. Entonces, la lección quedó aprendida: "mejor estrellemos un avión con un equipo de fútbol y que la gente hable sobre el equipo de fútbol, no sobre los otros 40 pasajeros de los cuales solamente uno era nuestro real objetivo".
¿Ahora me entendió? Como le dije al principio, es muy temprano para sacar conclusiones, pero lo que le estoy contando es lo más lógico y natural que se me pudo ocurrir. A todos se nos va a terminar olvidando el accidente del equipo de barrio, y peor aún, nunca a nadie se le va a ocurrir preguntarse quiénes más iban en ese avión, porque ya quedó instaurada en nuestra memoria colectiva que el accidente fue del avión del club, no de un avión particular que algunos de sus pasajeros eran futbolistas y los demás eran particulares.
Pero bueno, ahora las miradas de la mayoría de investigadores "independientes" están centradas en La Habana, en el funeral de Silvino Alvarez, perdón, de Fidel Castro, quise decir. Cuando tenga mayor información sobre lo que les he escrito, se las haré saber.
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