14.4.14

Cuento Corto

     Esta es la historia del hijo de un electricista. Vivía en una ciudad donde su padre era el único que conocía el oficio, además él (el hijo) tenía una vida bohémia, por lo que su padre nunca consiguió hacerlo trabajar en el negocio de la familia. La ciudad era relativamente pequeña, tanto que todos se conocían, y el hijo del electricista gozaba de la popularidad de anarquista y todos sabían que era un opositor del sistema. Al alcalde de la ciudad, está de más decir que no le caía en gracia esta actitud de aquel muchacho, pero sabía que si lo detenía la ciudad se dividiría en dos entre los que les caía en gracia este muchacho y entre los que odiaban a un tipo tan rebelde.

     Esta ciudad, quedaba en un país en el que la pena de muerte estaba permitida, y así como en otros países como en China, en el cual por un simple soborno te pueden mandar al paredón de fusilamiento, en ese país no escatimaban en excusas para aleccionar a los ciudadanos para que no se salieran del camino que el Estado dictaminaba.

     Como ya lo dije, al alcalde no le caía bien este muchacho, y motivado por eso creó una ordenanza municipal en la cual por asociaciones ilícitas, podrían enfrentar la pena de muerte. Era así de sencillo. Si las autoridades de la ciudad te detectaban reunido por mucho tiempo en determinado lugar, podían sencillamente ir a ver qué estabas haciendo y llevarte a prisión para que posteriormente en la corte, se te sentenciara o absolviera del cargo de asociación ilícita.

     Pues un día, capturaron al hijo del electricista y lo sentenciaron a pena de muerte por ese tipo de asociación. El alcalde que era un fiel creyente de la vieja escuela, quiso someterlo a una muerte que ya casi no se ve y sugirió que debía morir en la silla eléctrica. Ese hombre era un sádico, porque sabía que el único electricista de la ciudad era el padre del muchacho, y más rápido que lento, mandó a ordenar a su padre que acondicionara una silla metálica para que sirva como silla eléctrica. El electricista profundamente acongojado no tuvo de otra que seguir la orden del alcalde e hizo lo que se le pidió.

     Días después, el joven murió en un instrumento que su padre construyó porque era el único que sabía hacerlo en la ciudad.

     Fín.

     Ejercicio para hacer en casa:
Cambia "electricista", por "carpintero"; "hijo del electricista", por "Jesús"; "padre del muchacho", por José; "silla electrica", por "cruz de madera" y comparte con tus amigos la reflexión de la lectura.

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