10.2.14

Menos privacidad, más dinero

     Ya he escrito en algunas ocasiones sobre el énfasis que tienen muchas empresas y el Estado en la recopilación de la información personal de la ciudadanía. El Estado tiene las herramientas necesarias legales para incurrir en esta acción, pero aún así hay detalles que no debería conocer y no es porque sean malos o buenos, sino porque simplemente al Estado no debería interesarles, así por ejemplo qué ruta de buses se aborda, en qué lugar se anduvo en determinado día, y todo ese tipo de información que sirve para generar un "tracking" o un seguimiento de cada persona, debería ser ilegal hasta para el mismísimo Estado. El espionaje telefónico o el cibernético, no hace falta que lo mencione porque a menos que sea por orden de un juez es en toda su comprensión como ilegal y repudiable. 

     Pero no es solo el Estado al que le encanta recopilar esta información, es también a la empresa privada a la cual le fascina conocer un poco más sobre nosotros los "consumidores" como le encanta llamarnos. Si usted va al banco le piden su documento de identidad para escanearlo y meterlo a su base de datos en la entrada aunque el tramite que hará no lo amerite y es que a lo mejor usted ni siquiera cuenta de ahorros tiene con ese banco o no planea retirar ninguna orden de pago o cambiar un cheque. Formas de meterse en la privacidad de cada quién sobran, una muy conocida es con el envio de spam, y es debido a mi experiencia de más de 10 años peleando contra esto, es que le puedo dar el mejor mensaje para evitar el spam: no se desinscriba de ningun sitio web que le mande spam. Si usted hace clic en ese enlace que ponen en el spam que dice "desinscribase" ni se le ocurra presionarlo, porque al hacerlo le estaría dando a entender a esa página que ese correo está activo y lo revisan todos los días, mejor no escriba su correo electrónico principal públicamente en ningún sitio web. 

     Otra forma que las empresas están utilizando para meterse en los sitios menos pensados y meternos publicidad en todo momento, es en sitios en los que se podría decir que a la fuerza tenemos que estar ahí ya sea físicamente o solo viéndolos por la televisión. En la radio escucho el anuncio de una empresa que promociona marcas en autobuses mediante una instalación que les instalan, pero la forma en que la promocionan a mí no me gusta porque nos llaman a los usuarios de autobus "audiencia cautiva"; es decir, quieren que a la fuerza cuando subamos a un autobus vayamos clavados viendo la pantalla en la que nos muestran publicidad. Si el viaje dura 40 minutos, quieren que como "audiencia cautiva" vayamos hipnotizados viendo 40 minutos de lavado cerebral. U otra forma que utilizan también es poner "pantallas inteligentes" en los micrófonos de los periodistas, así como lo hizo TCS en las elecciones presidenciales recientes, no sé si continúan haciéndolo porque no he visto noticias en sus canales desde entonces, pero ahí andaban reportando desde todas partes con micrófono en mano y más que ver la noticia lo que llamaba la atención era esa pantallita en la que estaba saliendo publicidad de diferentes marcas. Cada quién es libre de ganar dinero de la manera legal que más le guste, pero también cada quién es libre de consumir el producto que más nos guste y de igual manera nadie está obligado a que lo traten como una cosa más que puede hacer ganar dinero a alguien más.

     Sintetizando lo primero con lo segundo, el objetivo de toda empresa publica o privada es ganar dinero, y saben que la mejor manera de ganar más y más dinero es recavando toda la información posible de los consumidores. Que la recaben a la fuerza es el meollo del asunto. Que nos pidan una identificación personal para acceder a nuestra vida personal es un grave problema, o que quieran saber cuál es nuestra actividad cotidiana. Al final esa información la usarán para vendernos productos que no necesitamos, pero que una computadora les ha contado que son de suma importancia para nosotros. Algunas veces nosotros mismos les hacemos fácil el camino al publicar nuestras vidas personales en Facebook, y bueno ¿qué decir de eso? Pues que la estupidez humana no tiene límites.

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