El otro día en uno de mis ratos libres que ultimamente se me están volviendo más pequeños, hice una prueba al viejo estilo del troleo y vaya que sí obtuve resultados, y es que enojar a una persona es muy fácil más cuando se hace a traves de internet. Aproveché que tengo cuenta en Facebook, y decidí meterme a ver qué comentaba la gente en los diferentes grupos en que estoy, y en menos de un minuto hallé como alimentar al troll. Unos jóvenes de la universidad a la que asisto estaban comentando lo difícil que estaba un exámen parcial que habían hecho ese día, y lo más difícil que habían hallado era que no conocían cuánto es la velocidad de la luz en el vacío, un dato que estimado lector si usted tiene hijos pequeños preguntesela a ellos y le aseguro que le responderan correctamente. A algunos de mis contemporaneos universitarios estudiantes de ingeniería, les parece que un número redondo como 300000 kilómetros sobre segundo, les parece un número difícil de aprender.
Bueno, yo les hice ver de una manera políticamente correcta que es de ser inútiles no conocer esa constante, entoncés algunas personas se sintieron ofendidas y ahí empezó la diversión para mí al leer las decenas de comentarios en contra de el pobre yo, porque ¿como era posible que alguién los haya corregido? si en nuestros dorados días ya no hay que andar corrigiendo a nadie. Una chica se sintió muy afectada por mi corrección y ante tal infamia me preguntó cuál era mi nivel actual académico, y yo como buen troll le mentí, le dije que era muy bajo y que ya casi me hechaban de la universidad por ello. Entoncés al leer eso todos los estudiantes de ingeniería empezaron a "ofenderme" porque yo no era nadie comparado a su nivel, y ojo que el nivel de ellos es apenas de segundo año porque esa materia es de segundo año, y bueno, y que como un ser inferior como yo había osado en corregirlos si ni estaba a su altura.
Sustrato de la larga lista de comentarios pidiendome que no les diga nada porque no soy tan grande como un alumno de segundo año.
Pensé en mi interior que es una pena ver como algúnos jóvenes que supuestamente están recibiendo educación superior gustan en ver de menos a la demás gente que ellos consideran que no está a su altura, cuando estudiamos en una universidad que ha sido testigo y guarnición de las luchas que el pueblo salvadoreño libró por muchos años para conseguir la igualdad y justicia social. Hoy éllos tiran a la basura todo ese legado histórico y se han convertido en lo que sus padres y abuelos combatieron desde los mismos salones de clases. Recuerdo como hace algunos años un muchacho como de mi edad dijo: "yo ni loco le estoy haciendo caso a ese pinche ordenanza", refiriendose a un empleado de una unidad académica que nos dijo que hicieramos bien una fila para que nos diera un parcial ya calificado, pero el muchacho en cuestión prefirió seguir como buey sin hacer fila esperando avanzar a costa de su fuerza antes de hacer lo correcto y ordenarse, solo porque el que se lo pidió él no lo consideró digno de dirigirle la palabra; y lo más lamentable de éste caso es que ese muchacho siempre andaba identificado como alguién que estaba cerca o dentro de la asociación de estudiantes donde en teoría deberían estár las mejores personas con deseos loables de ayudar.
Dicen que al pueblo si pide circo hay que darle circo, y sin embargo yo no lo hice y preferí no seguir comentanto y ver como éllos hacían su tema de tertulia mis 4 comentarios, y vaya que no me cabe duda, que el internet debería ser un privilegio y no un derecho, porque si bien me causaba gracia todo lo que me decían respecto a que supuestamente yo no estoy a su altura, quise dejarlo así y simplemente observar las libertades que les dá el internet ya que la confianza, seguridad y relativo anonimato que te da el internet te hace virtualmente valiente, lo que es equivalente a ser nada valiente porque un teclado aguanta con todo. Manejé lo de relativo anonimato porque en realidad hoy con Facebook uno puede saber lo que quiera de quién sea, me topé con la sorpresa que dentro de algunas de esas personas había hasta una chica que yo conozco de la universidad la cual ni sabía cual era su perfil de facebook y ¡ho! sorpresa, ahí estaba creyendose más que alguién que apenas va a primer año cuando ella apenas va a segundo año. Vale aclarar por si no lo ha notado que yo voy arriba de segundo año.
Lea de nuevo el nombre de éste artículo y deduzca por qué he hablado lo que he hablado. Es sencillo. Se nos educa desde pequeños a ver de menos a nustro prójimo, a pizotearlo y ver en él a una sabandija que no está a tu altura. Yo he escrito sobre la misantropía y de veras que a veces se me olvida que lo soy, pero al relacionarme con las personas recuerdo lo vacías que están algunas de la mente, parecen grabadoras que repiten lo que se les dice en la televisión. Su comportamiento está basado en un patrón competitivo y consumidor que solo nos lleva a darnos con la nariz en una piedra que tiene una etiqueta con el nombre de destrucción social. ¿Cómo pedir a nuestra gente que no nos matemos o robemos si nos han educado para ver de menos a los demás?, si en las iglesias se llega a criticar al que va a la otra iglesia, en la universidad se llega a criticar al que va a otra universidad, en nuestras casas se critica al vecino, en el trabajo se critica al que trabaja en otro lugar. Si no nos hemos matado aún será cuestión de que lo único que le gana a nuestra vanidad es nuestra intrínseca holgazanería.
Bueno amigos, hasta pronto, solo recuerden que no es bueno ver a nadie de menos, da la casualidad que hoy mientras me tomaba un coco un señor en una bicicleta pasó y me dijo algo que no está de más compartirlo con ustedes: "Hay que respetar por igual a todos, a los ancianos, a los adultos, a los niños, a los jefes y a los sirvientes".
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