10.2.17

Jesus don't want me for a sunbeam

     Prometo que será el último artículo que escriba sobre mí durante el primer semestre del año. Detesto hacerlo, y no es que ande corto de inspiración, pero mi ego se ha visto al alza, lo que contrasta con lo que escribí hace cuatro meses en una serie de trés artículos del ego en el que hice una crítica a las personas que no lo controlan. El próximo artículo que escriba será sobre la naturaleza del bien y el mal expuesta desde una dialectica muy partícular.

Empezando con que Jesús vivió en Medio Oriente y que esta
habría sido su raza, empezando desde ahí, todo lo que
se dice de él, está malo.

    En las últimas trés semanas, mucha gente nueva que he conocido, se me ha acercado a recomendarme que me acerque a Jesús, eso partiendo desde el principio en que les digo que sí creo en Dios, pero estas personas no tienen la capacidad mental para interpretar algo tan elemental como esa afirmación. Yo podría ser judío, pero obviamente no creería en Jesús. En mi caso no creo en Jesús, porque como ya lo dije hace unos meses, él solamente fue un lider espiritual sin ningún tipo de característica divina atribuíble. Y creo en Dios, porque Dios es el universo, Dios es todo aquello que aún no comprendemos y una vez que lo comprendémos pasa a ser parte de nosotros mismos.

    ¿Qué tan importante es creer en Jesús? Si nos basámos en su figura mesíanica, es muy importante, ya que como salvador personal, él es el único capaz de sacar de la podredumbre en la que está la mayoría de personas; personas que no son capacez de pensar por sí mismas, personas con temor de pensar. Entonces, si un delincuente necesita creer en Jesús para cambiar a bien su vida, bienvenido sea este. Debe recibir todo el apoyo espiritual que necesite si eso es lo que considera conveniente. 

     No es capricho el mío, en verdad, de corazón sí creo en Dios, tengo total conciencia de su existencia, pero la sola idea de creer en Jesús, es algo que simplemente no puedo hacerlo, mi convicción, mi inteligencia, no me lo permiten. Creer en Jesús, es un absurdo. Es la gran mentira de los últimos 2000 años. En las últimas semanas me han dicho que no importan mis buenas acciones, si no creo en Jesús mi alma es como la de un marero (LOS CUALES IRÓNICAMENTE, SÍ CREEN EN JESÚS).  También me han dicho que mi alma no está en paz; cuando gracias al entendimiento que me ha proporcionado el solipsismo, nunca en la vida me había sentido tan bien y más ahora que ya no tengo compromisos académicos, ya puedo leer y hacer lo que en verdad me gusta.

    Me toca aguantar toda la parafernalia de Jesús. Tengo mi plena confianza en Dios en que algún día podré estar en una sociedad en la que los ciudadanos "no tengan a Jesús en su corazón" y al fín poder sentir que estoy entre los míos.