29.9.16

Nuestra música clásica

     Agárrese del asiento con lo que voy a soltarle: la música clásica no es sinónimo de inteligencia; lo es de ser pretencioso. Hace muchos años cuando Mozart, Beethoven y mi tocáyo Sebastian Bach estaban vivos, la música no tenía el contexto social que tiene ahora en día. Sí tenía uno, pero era muy diferente. La escuchaban los ricos, una vez al mes quizá en una sala de conciertos. Esa expectativa que generaba la cercanía de un concierto de un gran interprete hacía que se apreciara con mayor sensibilidad cada nota músical escuchada. Es por ello, más que todo, que la música clásica o música docta, en nuestros días, está considerada solo para "gente inteligente". Pero fueron nada más las circunstancias las que la llevaron a generar este estereotipo en la história de la música.

    Actualmente si a usted no le gusta la música clásica, no pasa nada, lo único que quiere decir es que no le gusta esa tonada o no es pretencioso. Yo, en mi etápa de preadultéz me había hecho a la ídea que me debería gustar esa música porque genera un estátus. Y bueno, me gustaron mucho las grandes composiciones de Mozart, Beethoven, Bach, Chopin y de algún compositor de Europa oriental. Pero la verdad es que no es música que ande en mi celular y me encante escuchar. Por el contrario, conozco mucha gente que te cuenta que todos los días escucha Radio Clásica, aunque la verdad no conozca ni un solo nombre de las piezas músicales que escuche ahí y mucho menos quién la interpreta.

     Nosotros, que tenemos un gran repertorio de generos músicales, podemos escuchar el género que más nos guste sin que esto nos defina como personas. Para mí, la música clásica del futuro será la que a mí me gusta, para usted la que a usted le gusta y para su vecino el zordo que escucha música a todo volúmen será la que a él le gusta y usted  tanto odia. Antes habían pocos generos músicales, actualmente podemos escuchar lo que queramos a la hora que queramos. Esa es la principal diferencia entre una canción de Manowar y una de Chaikovski o una de Joey Montana con una de Johannes Brahms. Debo pensar que la exclusividad que se tenía antes era lo que engrandeció a los célebres personajes de la historia.

     Cada decada todo cambia, lo que había hace diez años hoy nos parece obsoleto y con la música de hoy en día no será diferente y llegará un punto en que se establecerán periodos de música clásica con sus representantes más distinguidos. Si usted disfruta escuchar todos los días la música de Mozart, pues lo felicito por tener esos gustos músicales. Si a usted le gusta la música de Romeo Santos, no lo voy a felicitar porque la verdad no me gusta esa música, pero le aseguro que en 200 años su música será considerada clásica exclusiva para "inteligentes" y los pretenciosos de su época.


Estos amigos, dentro de 200 años serán considerados música para "inteligentes".

28.9.16

Neolengua. Parte I

     En mi vida como estudiante, en los últimos años de la carrera para ser más específico, he escuchado una palabra muy especial a muchos profesionales del area de la ingeniería. Una palabra que aparentemente es muy atractiva, pero en la realidad, no es más que un filtro o la representación de un exámen más cuyo nivel de dificultad es bastante alto para todos aquellos que no gozamos con esa "gracia" socialmente hablando. Se que muchos se sentirán identificados. La palabra de la que hablo es: Networking.

   Networking esto, networking aquello y networking lo otro. Dicese de aquella habilidad para relacionarse con otras personas y establecer lazos que permitan conseguir oportunidades para una o ambas partes en mutuo acuerdo. Suena atractivo, lo sé, así me pareció a mí y a miles de jóvenes cuando nos explicaron qué significa esa palabra; pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Primeramente hay que establecer para quienes se aplica el networking y por descarte para quienes no.

     Si usted es una persona amigable, abierta con toda la gente, que no le cuesta hacer amigos y solo quiere pasar hablando todo el tiempo, el networking será el arma más poderosa que usted tendrá. Pero si usted así como la otra mitad de personas son introvertidas, poco amigables y muy serios, pedirle que haga networking es quizá la tarea más difícil que deberá hacer en su vida.

     El comportamiento humano es una amplia paleta de colores. No se le puede exigir a una persona que cambie su forma de ser para sobrellevar una tarea que para alguien más es el pan de cada día. No existe un comportamiento malo y uno bueno, partiendo de la subjetividad que conllevan esas dos palabras.

    Amigos, si ustedes son introvertidos, no cambien. Que no les metan en la mente que para triunfar hay que abrir más la boca y sonreir hipocritamente. Todos ustedes son triunfadores, cada cosa novedosa que hacen es un triunfo, aunque la sociedad no lo entienda. La misma sociedad que mide en dolares los triunfos y las derrotas. Su conocimiento no tiene precio, tiene valor.

     Encontrar el modo de vida que tendrán, es algo que llegará con su tiempo. Desesperante o no solo será si se dejan influenciar por aquellos que tienen la habilidad para la palabra pero no para el pensamiento y hacer una deducción raciocinia como esta. Una vez que ustedes se libren de todos los paradigmas que la sociedad les ha enseñado durante toda su vida, se los prometo, se sentirán renovados, sentirán que son libres. Pero mientras traten de copiar la fórmula que le sirvió a X, Y Z personas extrovertidas, sus vidas estarán llenas de frustración y es que nadie les ha explicado que hay otras alternativas en la vida. Sean libres.


Haga el siguiente ejercicio: imagine que camina descalzo en una pradera
con cesped mojado. Visualizelo por unos instantes. Luego medite si todo
lo que le han enseñado es cierto.

25.9.16

En tierra de ciegos, el tuerto es el rey

En tierra de ciegos, el tuerto es el rey.
     
     Tenía mucho tiempo de no ir a metrocentro a realizar alguna actividad. Ultimamente solamente lo atravesaba para ir a tomar algún autobus sin detenerme a interactuar con el lugar y sus entrañas. Así que en este plan adopté otra posición y me detenía a observar los negocios y los compradores. Casi en su totalidad, las personas que andaban ahí un domingo en la tarde, eran personas con falsos aires de grandeza. Parecía que toda la gente a la salida se iba a subir en un Ferrari y se iban a ir a sus mansiones. Todos se miraban sobre el hombro con una ignorancia atrevida. Mientras tanto estaban los vigilantes subidos en unos banquitos que les permitía ver 10 cm arriba de la estatura promedio de nosotros los salvadoreño. Una supuesta autoridad que inconcientemente el rebaño acepta.

     Mientras caminaba en medio de toda la multitud, paradójicamente me sentía como un tuerto en tierra de ciegos. Soy una persona con muchos defectos, que si bien he dado un paso hacia el verdadero conocimiento, aún estoy lejos del sentido de las cosas. De lo que estoy seguro es que no estoy tan vacío como esos individuos que llevan en una mano sus bolsas de Prisma Moda, Sanborns o Simán y sosteniendo un Starbucks en la otra, mientras se dirigen a agarrar la 29 o la 44 y pelear por ir sentados en todo el camino.

     A lo mejor ud. se siente agraviado por lo anterior. Ese no es mi problema, porque no puedo interferir en sus habitos y conducta, pero si ese es el caso y se siente de esa manera, la próxima vez que realice un tour bajo estas características a un centro comercial, sepalo: ahí no importa ideología política o religión, todos se ven tan vacíos y sin una pizca de inteligencia debajo de la ropa.

     No me malentienda, usted puede ir a comprar libremente lo que quiera donde le de la gana, pero sentirse con un estátus elevado solo por haber comprado unas gafas oscuras de 90 dolares para las que ahorró todo el año, no hará que suba en el escalón de la evolución sino todo lo contrario.