En la vida uno no tiene por qué ser todólogo. Los charlatanes insistirán en lo contrario, pero no hay nada que indique siquiera que ellos lo son. Uno debe ser el mejor en una cosa, y si lo es en dos, pues será una persona de una en un millón por lo especial que es.
De igual manera, si tiene una empresa debe definir a qué se dedica usted y a quién le vende su producto. Usted no es un vendelotodo y tampoco debe venderle su producto a quien sea. Si usa esa practica no será tomado en serio por el mercado.
Si usted es una persona, debe ser conocido porque es el mejor profesional haciendo algo, con clientes ya definidos, tarifas ya establecidas. Y solo así nadie se atreverá a regatearle o a dudar de su trabajo.
Si usted tiene una empresa, defina qué mercancía vende o que servicio ofrece, y a qué segmento de mercado. No puede irle a trabajar a la gran industria y al mismo tiempo a hogares pequeños. A sus clientes industriales les dará lo mismo que lo haga o no, pero a la gente del hogar pequeño no le parecerán sus tarifas y le creará mala fama de que cobra caro.
La persona natural se mueve en redes sociales, regatea, crítica fácilmente su trabajo (esto lo hacen los que más regatéan) y su prestigio se ve comprometido. Las utilidades son bajas y curiosamente el trabajo es más difícil porque no tiene las facilidades que necesita su trabajo para realizarlo y si las exige no se las dan, y si usted las lleva no se las pagan.
Enfoquese a lo grande, es difícil al inicio pero posterior cosechará los frutos. Trabaje fino, sea honesto y cobre lo justo, recordando que la gran empresa sabe valorar el buen trabajo.
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