18.7.14

Chemtrails, Omega y Dios

     Hace mucho calor, no recuerdo un día en mi vida en que haya sentido tanto calor. El lunes vi un chemtrail, por la mañana claro está como todos porque es curioso que no se ven en las tardes. Yo me dije: "Hoy hará un calor perro, como cada vez que veo un chemtrail". Efectivamente hizo un calor perro, pero ese calor solo duraba un día y esta vez ya lleva 5 días.

     Curiosamente, como lo dicen algunos estudios de universidades del mal llamado primer mundo, el calor nos vuelve violentos. Esta semana la violencia a recrudecido en El Salvador. Yo no creo eso, me parece una forma más de querer hacerte sentir inferior al vivir en un país caliente. Más bien diría que esta violencia recrudecida obedece a intereses partículares ocultos en el anonimato. Cuando he comentado eso en algún foro, los participantes creen que son las personas relacionadas abiertamente a las pandillas las que responden a estos intereses. Si bien mi idea no es tan obvia, esas explicaciones que dan sí me parecen obvias, yo más bien diría que es el grupo Omega, que Mauricio Funes denunció a principios del año, el que está tras esta escalada de violencia. Y están logrando su cometido, polarizan las opiniones y la mayoría de personas como loras repiten al unísono: "siganle dando play al cambio" como una manera de protestarle al gobierno. Yo he escrito decenas de artículos criticando al gobierno y al Estado, pero de acuerdo a lo que he escrito ahorita en las últimas líneas, para cualquiera de esos borregos, yo soy un "frentudo ciego", como le llamarían despectivamente a los seguidores del FMLN. Pero acá no se puede criticar a un partido, porque la misma polarización te repele al otro extremo automáticamente sin preguntarte primero.

     Paresco conspiranoico, no lo soy, para los que me llevan leyendo mucho tiempo, les aseguro que sigo sin creer en la existencia de ninguna clase de Dios. Siempre dije que hay un 1% de posibilidades de que esté equivocado, equivocación que los judeo-cristianos son debiles para tomar como suya también respecto a lo contrario. Y bueno, sí puedo creer en conspiraciones de hombres malvados que buscan el poder a toda costa sin importarles si se derrama sangre inocente; en lo que no creo es en que hay un arquitecto divino sopesando nuestras acciones para juzgarnos en el final de nuestros días.