22.9.16

Los mesias actuales no son diferentes de Jesus

A lo largo de la historia el mito del Cristo mesías ha sido constante en todas las culturas alrededor del mundo. Todas cuentan con un ser divino nacido de un parto virgen que vino a hacer milagros a la Tierra. En los últimos doscientos años también han habido muchos más mesías en diferentes religiones judeocristianas los cuales son objeto de burla a pesar de ser una copia más de Jesus Cristo, aunque si bien a estos no se les ha adjudicado una inmaculada concepción. Testigos de Jehova, Luz del Mundo, Iglesia Católica y otras denominaciones del cristianismo, han tenido profetas o santos de los cuales millones de personas alrededor del mundo los siguen o veneran si ya están muertos. Lo que diferencía a Jesus de estas otras personas de los últimos años, es que Jesus fue el primero dentro de la tradición judeocristiana que en esos años esperaba la venida de un mesías. Pero por ejemplo si tomamos a uno de los profetas de una religión contemporanea y lo mandamos 2000 años en el pasado y eliminamos de alguna manera la fígura de Jesus, este señor viajero del tiempo será el que "está en los corazones" de la mayoría de fieles de las religiones abrahamanicas.

Si subimos en el DeLorean a Samuel Joaquín, Taze Russel o Samael Aun Weorn,
no me cabe duda que serían nuestro actual Cristo.

Yo, incluso cuando me consideraba ateo, siempre creí en la existencia de Jesus, no como una deidad pero sí como una persona con principios fuertes que guiaba a muchas personas de su tiempo a tal grado de dejarles una enseñanza que perdura hasta nuestros tiempos. Pero hasta ahí. Sigo pensandolo igual pero ahora con la idea más desarrollada en el contexto de Jesucristo como símbolo de una sociedad judeocristiana. En ese sentido y a sabiendas de la impopularidad que causará lo siguiente lo cual a fuerza de ser sincero no me molesta en absoluto, declaro: me causa indiferencia la adoración hacia Jesus, porque la considero igual de elemental que la adoración o veneración de todos los profetas o mesías de los últimos 200 años en todas las religiones de todas las culturas.

Lo he dicho recientemente, Dios es el universo; es decir, todo lo que usted percibe por sus sentidos o más que eso. La naturaleza, el amor, las sensaciones, eso es Dios. Está dentro de cada uno de nosotros y es uno sólo, está más allá de nuestro entendimiento pero nosotros; todos los seres es decir, somos uno solo también. El conocimiento del misticismo que conlleva este entendimiento, es duro de alcanzar, pero una vez empezado no hay marcha atras. Como le dije a un amigo hace un par de días: "Solo sé que ya estando acá donde estoy, se vuelve fácil seguir acá. Uno cuando no ha mejorado lo ve difícil o imposible pero ya haciendolo, se facilita todo".

18.9.16

La doble moral en el Tercer mundo

En nuestro entorno, uno que está cada año más consumido por la globalización es difícil ser uno mismo, debido a que se nos inculca que lo mejor, lo que te hará mejor persona es lo que vemos en la televisión. La vestimenta, comida, tecnología y tradiciones; serán las que un grupo reducido de personas en el Primer mundo decidan.

En nuestras latitudes, es lo más normal ver cómo mimetizamos todo lo que se hace en occidente, y es que occidente no es un termino geográfico sino que político. Mis amigos de la región: nosotros no somos occidente. Cuando los arabes o japoneses hablan sobre las costumbres occidentales, se refieren a las costumbres de Estados Unidos, Canadá y Europa Central. Hasta ahí.

En redes sociales, uno puede leer cualquier cosa, como epitetos fuera de lugar sobre personas que no siguen el código social impuesto por internet y la televisión. Hace unos días, estaba leyendo como a un gran pensador salvadoreño, en una nota vieja que le hizo un períodico digital, todos los comentarios no eran sobre lo que él había dicho sino que sobre su vestimenta y forma de ser: "usa ropa que no es de su talla", "usa ropa sucia", "yo vi que ni cincho usa", etcétera. ¿Quiénes hacían esos comentarios? Quién más sino la guanakada. Esa que te llena los centros comercial para comprarte zapatos de 200 dólares, esa misma que te compra chumpas de cuero de 300 dólares que se pondrá solo cuando se suba a un bus con aire acondicionado, esa misma guanakada que te presumirá que tiene televisión digital para ver un partido en Europa y el 99% del resto de canales no los verá en su puta vida pero los pagará sin quejarse porque eso le quitará su estátus de pendejo que le da jerarquía entre la demás guanakada.

¿Es en serio? ¿La forma de vestir interesa? Yo estoy de acuerdo en que uno debe vestir como más cómodo se siente para sentirse bien consigo mismo, pero llegar al límites en que no se es tomado en cuenta porque simplemente una persona no viste como los canones lo pidan, es algo no natural.

Quizá, en un país del Primer mundo como Francia, teniendo a Paris, la capital de la moda, ahí sí sería estrafalario ver a alguien con ropa ajada o sucia, digo, al lugar que fueses haz lo que vieces. El colmo es cuando vas a Apopa, Santa Tecla, Soyapango, Mejicanos, Ciudad Delgado, San Marcos o Antiguo Cuscatlán y el mero indígena guanako te critique porque no andas vestido como Cristiano Ronaldo o Maluma. Vale la aclaración, yo estoy orgulloso de mis raíces indígenas salvadoreñas, no trate de tergiversar lo que he dicho que bien me entendió, pero si he tocado fibra sensible, lo hará (tergiversar).

¿Quiénes somos los salvadoreños? Aquellos que comemos pan con café de sobrecito, los que tenemos todo el tiempo una olla con frijoles en la refri, los que comemos tortilla tostada, los que usamos la ropa zurcida y desteñida, los que tenemos un par de zapatos que nos sirve para todo tipo de ocasiones, los que no tenemos ningún reparo en ir en bus a un lugar elegante cuando nos invitan; entre otras cosas que podría agregar.

Para irme despidiendo, escribí este artículo precisamente por lo que mencioné. Había una nota sobre un intelectual, al cual la gente no le daba credito a sus palabras solo porque viaja en bus y lo ven pagando en Mister Donut con centavos "como si fuera un indigente" cito. Que lejos estamos del desarrollo.

Al sobrino de esta ilustre salvadoreña, es al que criticaron.
Si sabe a quién me refiero, hagamelo saber.