1.5.13

Lo que pienso del Día de los Trabajadores

     En la mayoría de países del mundo, el 1 de mayo se celebra el Día Internacional de los Trabajadores. Es un día en que el sector laboral de esos países reivindican (Esta palabra está muy gastada) sus derechos dentro del ámbito productivo, comercial y de servicios. Yo no conozco otro país, que no sea el mío, El Salvador, y acá pasa algo curioso ese día que estoy seguro que no todos se han dado cuenta, pero probablemente si algún hater de este blog lea lo que voy a escribir dirá: “pero que pendejo, todos nos habíamos dado cuenta de eso”. Yo le respondería: “Andá a cagar, y si es así ¿por qué nadie lo ha mencionado antes entonces?”. De lo que hablo es lo siguiente: solo los sectores populares como sindicatos y asociaciones de izquierda celebran con actos públicos este día.

     Si bien dije que no conozco otro país, sí veo algunas noticias internacionales, y en específico vi una nota respecto a este día, que me llamó la atención, y es que en Venezuela, tanto como oficialismo y oposición, ambas partes salen a las calles con miles de seguidores a marchar y a celebrar el día del trabajo, ya sea de una manera u otra. Eso me llevó a pensar que acá en El Salvador, la derecha no se identifica con esta celebración, cosa que en cierta manera no comparto; y es decir, si la forma que tienen ellos de celebrar el día del trabajo, es trabajando, pues lo considero comprensible, porque al menos yo las vacaciones las celebro descansando; el día de San Valentín, masturbándome como que no habrá un mañana; el día de las brujas, renovando un año más mi pacto con el Maligno; es decir, si hay que celebrar algo un día en específico, pues hay que hacer eso, y si voy a celebrar el trabajo, voy a trabajar. Pero bueno, como dije antes, esa quizá es la forma de ver las cosas de la mayoría de empresarios de derecha (mentira, también algunos de izquierda hacen trabajar este día a sus empleados), porque también está la otra forma de celebrar este día, y es la que como ya dije, consiste en salir a marchar a las calles y realizar actos públicos reivindicando (como odio esta palabra) sus derechos laborales.

     Pero veamos desde diferentes perspectivas de lo que significa este día para diferentes personas.

      Supongamos que somos un muchacho que no pasa de los 24 años y que año tras año sale a marchar con otros muchachos de la Universidad de El Salvador, sobre la 25 avenida norte, él diría un día antes: “¡Qué “vergón”! (bueno), mañana no hay clases y con aquellos locos de la asociación, vamos a ir a hacer desvergue (relajo) en la calle, vamos a ir a putear “juras” (policías), y a hacer el “arte” (manchar paredes) en todas las paredes que encontremos. Lo más “plantoso” (lindo) es que a las 12 juega el Barça y nos vamos a ir a poner bien “a verga” (ebrios) tipo a donde halla chance
, pero antes le voy a pedir dinero a mí papá ”.

     Supongamos que somos el típico empleado burócrata: “¡Hay no!, yo en la playa debería estar, ya con un mi six pack encima. Pero es que en la oficina quedamos de acuerdo en venir a acompañar al partido, porque vas a creer que no nos quieren dar el bono de 800 dólares a cada empleado. ¡Que no jodan estos cerotes! (imbéciles). Y eso que desde hace dos años queremos que nos aumenten el salario en 300 dólares, para así llegar cabaleando (ajustando) a los 1000 dólares, más ahora que a la Leslie Nicole se le ha metido en la cabeza que quiere que le compre un Black Berry de unos que valen 500 dólares. Mirá a mí este Galaxy me costó 700 dólares y lo sigo pagando ¡es que uno apenas se da estos lujitos!. Más que a mi mujer se le metió en la cabeza que ya no quiere ir a comprar a Metro Centro porque dice que ahí ya solo gente corriente va y hoy mínimo de la Gran Vía, no baja, y yo pues ni modo solo ahí la llevo. Pero vamos compañero, sigamos marchando que nuestra vida es dura, coreemos a la cuenta de tres; 1, 2 3: ¡El pueblo unido, jamás será vencido!; ¡El pueblo unido, jamás será vencido!; ¡El pueblo unido, jamás será vencido!”.

       Supongamos que somos un empresario de derecha: “Miren, si quieren no vengan mañana 1 de mayo, pero se tienen que atener que a mí eso me va a marcar la pauta para echarlos de la empresa cuando yo quiera; digo, a mí que ustedes salgan a asolearse como garrobos (iguanas) el día de mañana no me va a dejar ni un cinco y que vayan a querer que todavía les pague ese día va a ser el colmo. Así que quedan advertidos, pero después no me vengan con cosas de que por qué los despedí.”

     Supongamos que todos somos yo: “Vayan a cagar, día del trabajo mis huevos, yo no tengo trabajo, a parte de mí nadie se preocupa por darme, hagan lo que quieran pero no me vayan a estorbar.”
“¡He!, miren que tengo un blog y los voy a acusar por ahí. ¡He!, soy bien malo.”

     Y pues bueno, como lo he dicho en otras ocasiones, la verdad absoluta nadie la tiene, porque no existe a menos que hablemos de ciencias exactas, pero la interpretación de acontecimientos sociales no es una de estas. Si usted prefiere marchar, hágalo; si a usted lo obligan a trabajar, hágalo. Pero vamos que este es solo un día más en el año; en un año que es uno más en el siglo; en un siglo que es uno más en el milenio; en un milenio que es uno más en la historia del universo. ¿Qué quise decir con lo anterior?, que lo que usted haga o deje de hacer este día, o lo que opine o deje de opinar este día, no se compara a la magnificencia de la grandeza de la realidad en que vivimos. Siga marchando, en su mente siga marchando, deje que la televisión le diga como celebrar este día, deje que el periódico le diga cómo deberá reaccionar el día siguiente. No piense por usted mismo, le va a hacer daño, y por sobre todas las cosas: no se salga del rebaño por favor, que peligroso y viene lo que los medios de comunicación llamaría un lobo feroz y radical, a contarle como es la realidad.