27.4.13

El aborto

     En los últimos días, en mi país El Salvador, hay un caso en específico que está tocando todos los ambitos, como lo son humanistico, médico, científico, legal, por decir algunos. Es el caso “Beatriz”, una mujer que está enferma de Lupus e insuficiencia renal y que está embarazada de un feto que no tiene cerebro. Se dice que si el feto llegara a nacer, moriría inmediatamente y de igual manera la madre puede llegar a morir. La iglesia protestante y católica, se han expresado respecto al tema y están en contra del aborto, como es de esperarse, sin embargo el otro día me llamó la atención lo que dijo el arzobispo de San Salvador Monseñor Escobar Alas, cuando un periodista le preguntó ¿qué opinaba sobre el caso “Beatriz”?; el arzobispo contesto: “El Papa Juan Pablo II, beatificó a una mujer que no abortó y tuvo a su hijo que no se murió”. Esa respuesta me estremeció porque no sé de donde el arzobispo sacó de su cabeza que la discusión era si Beatriz debe o no debe ser beatificada. Le preguntan que opina sobre ese caso, y lo que a él le preocupa es que esa mujer nunca vaya a ser beatificada, una mujer que quizá ni es católica. Eso es no tener argumentos en un debate. Probablemente si el arzobispo fuera un hombre alto y fuerte, y le hacen una pregunta a la que él no tiene una respuesta, golpearía a su interlocutor a falta de argumentos.

     Mi opinión respecto al aborto es la siguiente: sí y no. Una mujer debe tener la decisión de abortar si ha sido victima de una violación o también sí se es una mujer sana y con una estabilidad mental optima, pero que carga con un feto enfermo, por causas ajenas a la responsabilidad de la madre. A una mujer no debería permitirsele abortar si concientemente que no tiene como hacer para mantener a un niño, pero que igual no le importa y anda fornicando sin planificación alguna; por ejemplo niñas que siguen en la escuela o mujeres que saben que están gravemente enfermas pero aún así deciden preñarse. ¿Cómo justifico lo anterior?, pues como una consolación o un castigo. Si una mujer responsable, que lastimosamente por decisiones fuera de su alcance queda embarazada, tiene el derecho de decidir si quiere terminar precipitadamente su embarazo como un consuelo. Pero si se trata de una mujer irresponsable que a dolo queda embaraza, no se le debe permitir abortar y como castigo debe dar a luz el feto que carga. ¿Cuál es el caso de Beatriz?, no lo sé, pero de todas formas las autoridades competentes ya ordenaron las respectivas evaluaciones físicas y mentales de la mujer, y confio en que tomarán la decisión correcta.

   En la televisión salen representantes de los sectores ultraconservadores del país expresando que toda la población salvadoreña es cristiana y como tanto condenan el aborto médico. También en internet se leen opiniones sin sentido alguno como por ejemplo que si se llega a aprobar ese aborto, será la gota que derramó el vaso para que Dios nos condene con las 10 plagas de Egipto, y lo dicen con una seriedad preocupante. A los primeros les digo que es mentira que toda la población es cristiana, somos minoría pero habemos judíos, musulmanes, ateos y religiosos de creencias indias o de otras partes (no digo que todos ellos estén a favor o en contra del aborto médico). A los que opinan en internet con una fanática religiosidad, solo quisiera decirles que por personas como ustedes es que a veces les doy la razón a las instituciones que buscan limitar y controlar el acceso a internet a algunas personas, porque a ustedes debería prohíbirseles el acceso a este, con ese pensamiento deberían de estar viviendo como los amish en la Pennsylvania holandesa, peleados con la tecnología y siguiendo creencias radicales.

   Otras personas alegan que si se llega a permitir el aborto médico de Beatriz, esto marcará una pauta para la discusión de la legalización del aborto. Independientemente de que el aborto sea algo bueno o malo, porque cada quién es libre de considerarlo así; lo que no es lógico es que se preocupen por “discutir”; es decir, la fobia a la discusión es señal de intolerancia, algo en lo que los salvadoreños somos campeones, y por lo tanto no es de extrañar que cada quién quiera imponer su opinión respecto a este tema defendiendola como la verdad absoluta e irrefutable.