7.3.13

Funes insultó mi inteligencia

     Ayer, 6 de marzo de 2013, el presidente de la República de El Salvador, Mauricio Funes, dijo en una improvisada conferencia, que desde el 2009 que él llegó al poder del organo Ejecutivo, los salvadoreños nos sentimos más seguros en las calles; dijo que cuando salimos en la noche ya sea porque venimos de estudiar, trabajar o vamos a divertirnos, salimos tranquilos a la calle porque ya no estamos con esa incertidumbre de que no sabemos si nos va a pasar algo malo en la calle y ya no podrémos regresar sanos y salvos a nuestra casa con nuestra familia. 

     Ya he dicho antes en mi blog que no le voy a ningún partido político que existe actualmente, como muestra de ello confieso que en 2009 voté por Rodrigo Avila, pero el mismo año voté por diputados y alcalde del FMLN; el año pasado le dí mi voto a Sigfrido Reyes y volví a confiar en el alcalde del FMLN; también ese año le dí mi firma voluntariamente como ciudadano, al partido de Dagoberto Gutierrez para que se inscriba oficialmente en el TSE y participe en las próximas elecciones presidenciales; sin embargo mi candidato favorito es Norman Quijano debo confesarlo; aunque también me interesaría conocer la propuesta del CD, porque admiro a su único diputado al no dejarse mangonear por nadie; pero a lo mejor y ni vote el otro año, quizá, todo es probable. Dije eso porque no me agrada que se me acuse como partidario de una ideología política, pero es más, quizá al único partido que sí me afiliaría para toda la vida, sería a aquel que defina claramente una política en pro de la flora y fauna de El Salvador, pero esa será una historia para otro día.

     Volvamos al tema. Don Carlos Mauricio Funes Cartagena, viaja en una camioneta escoltada por los mejores oficiales de seguridad del país y siempre con derecho de vía porque la constitución así lo dicta. Él y toda su família gozan de los mismos privilegios, al menos con la seguridad es de esperarse. Los ministros  y el Canciller también tienen escoltas fuertemente armadas. Ellos pueden ir al lugar del país que se les dé la regalada gana, o como decimos en el país: "a donde les salga del forro de los huevos", porque a ellos nadie los va a asaltar, extorsionar o asesinar. Yo, y la mayoría de ciudadanos, habemos lugares a los que por razones ajenas a nosotros no podemos ni siquiera acercarnos porque sabemos las consecuencias. Y si bien las cosas no son como las pintan en las noticias donde relacionan pobreza con hampa, es algo que no puede negarse que hay lugares donde ni la misma policia se atreven a entrar. Pero nuestro querido presidente Mauricio Funes Candanga, el presidente de los pobres, dice que los salvadoreños ya no nos preocupamos por esos lugares porque ya nos podemos ir a meter ahi hasta en la noche y vamos a salir sanos y salvos.

     Saben, yo tengo mala cara, cara de enojado, y me he dado cuenta de eso porque son pocas las personas que me sonríen y son ninguna a las que yo les sonrío. Cuando yo me subo al bus me voy directo a sentarme al último asiento que esté libre, antes me daba miedo hacerlo porque ahí es donde la gente cree que van los ladrones, yo paso de eso y me siento ahí, si va un tipo tatuado me siento a la par de él y punto se acabo. Bueno, quizá exageré un poco en lo anterior, pero la idea del punto anterior es que viajar en bus para un salvadoreño es una actividad muy estresante, porque ahí mismo lo pueden asaltar y asesinar sin mayor explicación alguna que por quitarle su Iphone 7 o su Samsung Galaxi 15. De seguro Mauricio Funes tiene 2 de cada uno, pero más seguro es que a él nadie lo asaltará nunca mientras sea presidente porque ni él, ni su familia y ni sus ministros y familia viajan en bus. Así que como a los amigos de Mauricio Funes jamás los han asaltado en el bus, Mauricio Funes puede decir que hoy los salvadoreños vivímos más tranquilos sin temor a que nos pase nada malo en los buses.

     Mauricio Funes, ayer insultaste la inteligencia de siete millones de salvadoreños, ni siquiera tus guardias de seguridad te creyeron esa mentira porque ellos a diferencia de tus amigos ricos, sí tienen familia y amigos que viajan en bus y ya les han pasado y han visto cosas feas a bordo de esos vehículos o en las calles de cualquier municipio cuando se le acercan pandilleros a pedirle todas sus pertenencias. Por favor excelentísimo señor presidente de la República de El Salvador, no vuelva a decir que con su gobierno los salvadoreños nos sentimos más tranquilos respecto a la inseguridad porque eso es mentira, solo un 1% de la población se siente así como usted dice y es porque tiene los medios para garantizar su seguridad física. 

     A lo mejor dentro de 2 años cuando Funes ya no sea presidente diga: "hoy con el nuevo presidente aumento la inseguridad, y como ejemplo les digo que la semana pasada asaltaron a mi esposa en un centro comercial de la capital". No excelentísimo señor presidente, no es que con el nuevo presidente vaya a aumentar o disminuir la inseguridad; es que ni usted ni su família van a estar ya cuidados por la seguridad del Estado y serán blanco fácil de cualquier ladronzuelo, en la misma medida como nosotros lo somos actualmente en estos 5 años en los que usted ha gobernado.

La muerte de Hugo Chávez

     Hace 2 días murió el presidente de Venezuela*; es decir, hace 2 días murió una persona más que era igual de normal que usted o que yo y que por lo cual no merece la pena dedicarle una línea más en mi blog porque entonces tendría que hacerlo con los miles de personas que mueren todos los días. Mejor les voy a escribir sobre el Súper Nintendo.

El juguete perfecto de los años 90.

     Bueno, el Súper Nintendo ha sido mi consola de videojuegos preferida, ahí es donde pasé los mejores momentos de mi infancia con juegos RPG o de rol como algunos los llaman. Lo que soy se lo debo a esos juegos y a esa mágica consola. Ahí desarrollé toda mi creatividad y curiosidad que hoy no encuentro por ninguna parte. Tener un juego RPG o de plataformas, significaba para mí un orgasmo alucinante en mi inocente mente infantil. Los que más me divertían eras los juegos que traían secretos por descubrir; o donde uno podía tomar diferentes decisiones que iban a afectar el desarrollo posterior del juego, motivandome a finalizarlos más de una vez.

     Unos años más tarde alguién me regaló un Nintendo 64, ahí jugando The Legend Of Zelda: Ocarina Of Time, fue que empezé a entender el inglés porque ese juego únicamente podía jugarlo con un diccionario inglés-español junto a mí, ya que como nunca conseguía juegos en español, siempre me tocaba ir traduciendo con gran interes y así fue como aprendí un poco de inglés. Como dato curioso puedo decirles que en pocas semanas aprendí muchísimo inglés, pero una vez que finalizé ese juego, mi curva de aprendizaje de inglés bajó bastante y hasta la fecha no lo he terminado de aprender completamente. Pocos años después, la misma persona me regaló un Play Station 2, y entre todos los juegos que venían, estaban varios de Play Station 1, y uno de esos era Final fantasy IX, un juego alucinante que me mantuvo más de 100 horas pegado a los controles y hasta la fecha, 8 años después que lo jugué por última vez aún no me he animado a retomarlo para sacarle el jugoso 100%. 

     Volviendo al Súper Nintendo, a esa gran consola de 16 bits. Vale la pena decirlo, pero mis hijos quizá nunca lleguen a jugar con esos grandiosos juegos como Donkey Kong Country, Mario World, Mario RPG, Chrono Trigger, Aero Fighter, Killer Instinct, etc. Hoy en día los "gamer" solo juegan basura que llaman "First Person Shooter" y trata de que desde un punto de vista en primera persona los hacen creer que van con una arma matando gente. Esos juegos aparte de ser aburrídisimos me parecen de lo más estupidos porque los hacen creer que ellos serían buenos en una guerra, cuando en realidad por pasar tanto tiempo jugando esa basura serían los primeros en morir en un campo de batalla porque creerían que si les disparan en un brazo o una pierna todo seguiría estando bien mientras no les disparen en la cabeza, como ocurre en esos juegos. 

     Hablando de guerras y soldados, una vez escuché que la melancolía es una enfermedad que padecen la mayoría de los soldados, ¡pero vamos! que volver a pensar en el Súper Nintendo ¿a quién no le causará melancolía también?.

     *Para más información sobre esta notica, ponga Telesur y diviertase morbosamente.